Los microcréditos son pequeños préstamos que ayudan a las personas con pocos recursos a empezar o hacer crecer sus propios negocios. Son especialmente útiles en comunidades débiles donde muchas veces no hay acceso a los bancos tradicionales. Estos préstamos no solo mejoran la vida de quienes los reciben, sino que también ayudan a crear empleos y a impulsar la economía local. Además de los préstamos, muchas veces los bancos que ofrecen microcréditos también dan apoyo como formación en negocios, lo que aumenta las posibilidades de éxito de los emprendedores.

La importancia de los microcréditos.
Los microcréditos han cambiado la vida de muchas personas en países en desarrollo, dándoles la oportunidad de obtener dinero para empezar pequeños negocios, algo que antes era casi imposible para ellos. Un ejemplo claro es el Grameen Bank en Bangladesh, que ha ayudado a millones, sobre todo mujeres, a salir de la pobreza. También está Kiva, una plataforma que conecta a personas de todo el mundo con emprendedores que necesitan un pequeño empujón para crecer.
En México, instituciones como Compartamos apoyan a microempresarios para que puedan hacer crecer sus negocios y generar empleo. En India, Equitas hace algo similar con personas que no pueden acceder a créditos bancarios.
Además, organizaciones internacionales como FIDA y Acción no solo prestan dinero, sino que también enseñan a las personas cómo manejarlo, cómo mejorar sus negocios y cómo apoyarse entre ellas. Gracias a todo esto, los microcréditos no solo mejoran la economía, sino que también ayudan a construir una vida más justa y con más oportunidades para los que más lo necesitan.
Para ello, se necesita que los intereses de préstamo sean muy bajos ya que el capital a devolver se eleva exponencialmente atendiendo a fórmulas como la del interés compuesto. Por ejemplo, si se solicita un préstamo del 15.000 € con un interés del 7,5%, el capital que habría que devolver al cabo de 4 años ya habría aumentado a 20.100€ aproximadamente.
En conclusión, estos pequeños préstamos, hacen que familias pobres o emprendedores iniciantes puedan salir adelante en la creación de un pequeño negocio. Esto conlleva a una mejora en calidad de vida y en un pequeño beneficio al banco del que pidieron el préstamo.
Autores: David Villanueva Jiménez y Adrián Vega Amargós