«El hombre no tiene enemigo peor que el mismo». Cicerón S.I a.C.
La época de la República Tardía en Roma destaca por sus constantes conflictos civiles que desembocarían en el final de este sistema de gobierno. En este artículo, se explora la relación entre las Guerras Civiles romanas con la Guerra Civil española, para así poder aprender del pasado y no volver a cometer los mismos errores. El primero de estos enfrentamientos fue la Guerra Social Romana o Guerra Mársica, que comprendió los enfrentamientos entre la República y sus aliados de Italia, quienes reclamaban la ciudadanía romana. La conseguirían a pesar de su derrota ante Roma. Tras esta guerra las diferencias entre los optimates de Lucio Cornelio Sila y los populares de Cayo Mario arreciaron, lo que provocó la Primera Guerra Civil romana, de la que Sila salió victorioso, y fue proclamado dictador. La Guerra de Sertorio comenzó cuando Sila retiró el cargo de pretor al militar Quinto Sertorio. Entonces, se declaró rebelde y luchó contra el general Cneo Pompeyo Magno. Este último venció al bando sertoriano, ahora liderado por un antiguo aliado de Sertorio que había traicionado al mismo, y regresó a la capital.
Años después, el mismo Cneo Pompeyo Magno, Cayo Julio César y Marco Licinio Craso formaron el Primer Triunvirato (se dividieron el Gobierno). Craso murió en batalla, por lo que César, que era un popular, y Pompeyo, un optimate, quedaron como los dos únicos líderes. El Senado nombró a Pompeyo dictador y propuso una ley que eliminaría la posibilidad de que César pudiera ser cónsul. Esto llevó al reclutamiento de tropas por parte del líder popular, que cruzó el Rubicón (César estaba en la Galia y este río dividía esta provincia con la de Italia), lo que provocó que Pompeyo también reclutase ejércitos. Finalmente, el dirigente de los optimates sería asesinado en Egipto por el ex-centurión Aquila. Cuando César acabó con los últimos ejércitos pompeyanos, lo que dio fin la Segunda Guerra Civil, regresó a Roma y se convirtió en dictador. Los romanos temían que César se autoproclamara rey de Roma, por lo que los senadores planearon y llevaron a cabo con éxito su asesinato.

Tras la muerte de Julio César, se formó el Segundo Triunvirato, compuesto por César Octavio (heredero nombrado por César), Marco Antonio y Marco Emilio Lépido y, después de eliminar a los enemigos de César en la Tercera Guerra Civil y a Lépido, se dio una lucha por el poder entre Octavio y Marco Antonio, conocida como Cuarta Guerra Civil, que desembocó en los suicidios de este último y de su amante Cleopatra, reina de Egipto; así como en la consiguiente proclamación del primero como emperador (Imperator) Augusto (27 a.C.). Con ello la era de la República romana había terminado para dar comienzo al Imperio.
RELACIÓN CON LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
Las grandes diferencias políticas en la República romana fueron resueltas mediante la violencia y la guerra. Al igual que en la antigüedad, en nuestra Guerra Civil se enfrentaron dos bandos con ideas políticas muy distintas, que comenzó tras una sublevación de parte del ejército y la división del país en dos zonas. Parece que no aprendimos de los conflictos anteriores que las diferencias ideológicas han de resolverse mediante el diálogo, y no mediante la toma de las armas y la imposición de dictaduras o sistemas autoritarios. Tanto la última Guerra Civil romana como la Guerra Civil española terminaron en la instauración de autoritarismos.
Tengamos en cuenta las consecuencias de los hechos pasados para no cometer los mismos fallos en el futuro.
Autores: Félix Fernández y Fernando Moreno (1º Bachillerato Humanidades). IES Sierra de Santa Bárbara. Plasencia.